Sumario
- Un memorando del Departamento de Estado señala que entre 1,000 y 5,000 cubanos han sido reclutados como mercenarios para el ejército ruso, convirtiendo a Cuba en una de las principales fuentes de combatientes extranjeros.
- Washington acusa al régimen cubano de usar la resolución contra el embargo para victimizarse y ocultar crímenes contra su población, mientras respalda la agresión rusa en Ucrania.
La Administración del presidente Donald J. Trump ha instruido a sus diplomáticos a convencer a los países aliados de votar en contra de la resolución anual de la Asamblea General de Naciones Unidas que exige el fin del embargo estadounidense a Cuba.
Así lo afirma un memorando interno del Departamento de Estado estadounidense fechado el 2 de octubre y citado por la agencia de noticias británica Reuters.
El documento, al que tuvo acceso Martí Noticias, argumenta la necesidad de la medida ante el apoyo activo de La Habana a Moscú en la guerra contra Ucrania, denunciando que entre 1,000 y 5,000 cubanos han sido reclutados para participar en la ofensiva rusa.
“Después de Corea del Norte, Cuba se ha convertido en la mayor fuente de mercenarios extranjeros para el ejército ruso”, señala el texto. “El régimen cubano ha fallado en proteger a sus ciudadanos de ser utilizados como peones en la guerra ruso-ucraniana”, agrega.
La Habana “no merece el respaldo de los aliados democráticos”
Consultado por Martí Noticias, un portavoz del Departamento de Estado confirmó la postura de Washington: “El régimen cubano no merece el respaldo de los aliados democráticos de Estados Unidos”, dijo.
“Durante años, la dictadura cubana ha intentado usar su resolución anual contra el embargo como un mecanismo para victimizarse y ocultar sus crímenes atroces contra el pueblo cubano. La Administración Trump no se quedará al margen ni apoyará a un régimen ilegítimo que socava nuestros intereses de seguridad nacional en la región”.
La fuente añadió que Washington está al tanto de los informes sobre ciudadanos cubanos combatiendo junto a las tropas rusas en Ucrania, y responsabilizó directamente al gobierno de la isla.
Desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, La Habana ha respaldado sistemáticamente a Moscú en los foros internacionales.
En la ONU, Cuba se ha abstenido o votado contra resoluciones que condenan la agresión, y altos funcionarios del régimen, incluido el canciller Bruno Rodríguez, han defendido la “legitimidad” de la postura rusa. El gobernante, Miguel Díaz-Canel, deseó suerte a Rusia en su invasión a Ucrania.
El pasado mes de septiembre, las autoridades ucranianas alertaron al Congreso de Estados Unidos sobre una red de reclutamiento de cubanos en la isla y en territorio ruso, quienes habrían sido enviados a la línea del frente con promesas de residencia, dinero y ciudadanía. El propio régimen reconoció la existencia de esa red, aunque intentó desligarse del escándalo afirmando que se trataba de un caso de “tráfico de personas”.
La batalla diplomática en la ONU
Cada año desde 1992, la Asamblea General de Naciones Unidas aprueba, por abrumadora mayoría, una resolución no vinculante que exige el levantamiento del embargo estadounidense.
En 2024, 187 países votaron a favor, mientras que solo Estados Unidos e Israel se opusieron y Moldavia se abstuvo.
Aunque la resolución tiene carácter simbólico, el gobierno de Trump busca reducir el margen de apoyo a La Habana, promoviendo votos “en contra” o abstenciones de países europeos y latinoamericanos que mantienen relaciones con Washington.
Según el Departamento de Estado, el objetivo no es solo aislar diplomáticamente a Cuba, sino también “exponer la hipocresía de un régimen, que se presenta como víctima mientras respalda una guerra de agresión”.
Durante su intervención la semana pasada en la Asamblea General, el canciller de Cuba Bruno Rodríguez Parrilla acusó a Estados Unidos de mantener “acciones agresivas” en el Caribe y calificó el embargo como una “política criminal”. Rodríguez aseguró que las sanciones estadounidenses son responsables del colapso económico de la isla, la escasez de alimentos, el deterioro de la infraestructura y la inflación descontrolada.
En una declaración enviada a Martí Noticias, el Departamento de Estado subrayó que los problemas de Cuba son resultado de “la corrupción e incompetencia de su gobierno”, y no de las medidas estadounidenses.